Hay que bajar algunas escaleras, porque ese lugar se halla en lo que podríamos denominar como sótano. Las ventanas dan al filo de la calle. Entrando, de inmediato uno se maravilla: anaqueles de pipas de todos tamaños y colores. A la entrada, a mano derecha, varios libros a la venta, escritos -unos en inglés y otros en neerlandés- por el dueño del lugar y curador del museo de la pipa. En una repisa que roza el suelo, los restos de pipas de cerámica. Enfrente, mesas cubiertas con vidrio y los anaqueles de pipas. Veo cajones cerrados, que también contienen estos artefactos de diversa manufactura. Veo dos o tres pipas que me agradan, pero el precio me hace desviar la mirada, como si no me hubieran llamado la atención.
Pipas largas, cortas, de madera, de cerámica, verdes, cafés, labradas, de hueso, de espuma de mar… De cazoletas muy anchas, con boquillas cortas y también larguísimas… cazoletas redondeadas, cuadradas, de pico de halcón, de cerezo, cónicas, de párroco…Tantas pipas por observar y tan poco tiempo porque el dueño del lugar, Don Duco, se levanta de su escritorio y nos dice, en correcto inglés, si nos puede ayudar en algo, porque está a punto de cerrar. Cuando identifica nuestro acento en español, hace una mueca: no le caen bien las personas de nacionalidad española, eso se nota en su tono de voz, eso leemos. Le dejo ver que somos mexicanos y entonces varía un poco su tono, se acerca y nos indica que las cazoletas usadas de cerámica son de varias marcas y toma un libro para enseñarnos cuáles son mejores que otras. Lo felicito por el estudio de pipas que ha hecho y que se refleja en sus libros. Medio sonríe, pero segundos después vuelve a comentar que está a punto de cerrar. Nos despedimos y Duco lo hace en español. El paraíso del fumador de pipa se cierra, pocos minutos después de las seis, para reabrise al día siguiente. Y yo me quedo con la sensación de que debía haber adquirido algunas pipas. Tal vez me sigan esperando. ¿Cómo sería fumar en una de ésas que vi, con formas diferentes? ¿Cómo sería fumar en una pipa verde? ¿Acaso en alguna de ellas el humo crearía formas nuevas, dando vueltas en espiral por el viento y recreando sueños de viejos fumadores?
Pipas largas, cortas, de madera, de cerámica, verdes, cafés, labradas, de hueso, de espuma de mar… De cazoletas muy anchas, con boquillas cortas y también larguísimas… cazoletas redondeadas, cuadradas, de pico de halcón, de cerezo, cónicas, de párroco…Tantas pipas por observar y tan poco tiempo porque el dueño del lugar, Don Duco, se levanta de su escritorio y nos dice, en correcto inglés, si nos puede ayudar en algo, porque está a punto de cerrar. Cuando identifica nuestro acento en español, hace una mueca: no le caen bien las personas de nacionalidad española, eso se nota en su tono de voz, eso leemos. Le dejo ver que somos mexicanos y entonces varía un poco su tono, se acerca y nos indica que las cazoletas usadas de cerámica son de varias marcas y toma un libro para enseñarnos cuáles son mejores que otras. Lo felicito por el estudio de pipas que ha hecho y que se refleja en sus libros. Medio sonríe, pero segundos después vuelve a comentar que está a punto de cerrar. Nos despedimos y Duco lo hace en español. El paraíso del fumador de pipa se cierra, pocos minutos después de las seis, para reabrise al día siguiente. Y yo me quedo con la sensación de que debía haber adquirido algunas pipas. Tal vez me sigan esperando. ¿Cómo sería fumar en una de ésas que vi, con formas diferentes? ¿Cómo sería fumar en una pipa verde? ¿Acaso en alguna de ellas el humo crearía formas nuevas, dando vueltas en espiral por el viento y recreando sueños de viejos fumadores?