sábado, 23 de junio de 2012

La estupidez burocrática (40 horas en Cuernavaca)


Debido a que en México uno es culpable hasta que pruebe su inocencia y los contralores prohíben tomarse días de vacaciones durante comisiones internacionales, no me quedó más remedio que regresar de Uganda a México, esperar 40 horas en Cuernavaca y salir a Bélgica. Tiempo y dinero pudieron ahorrarse si tan sólo esas 40 horas las hubiera podido pasar yo en Bélgica o en Amsterdam o en cualquier otro lugar, enlazando mis dos viajes. Pero no, ya se ve, una prueba fehaciente de que la estupidez avanza. Y una nota airada más: precisamente uno de estos personajes me busca y me hace firmar un documento con fecha 30 de noviembre (cuando yo estaba en África), el día 5 de diciembre, a escasas horas de salir con rumbo al aeropuerto, de nuevo. Lo hace para salvar el pellejo de otro de sus colegas. Díganme ustedes si esto no es estupidez. Ni modo, así están nuestras pobres instituciones actualmente, pintaditas de azul mediocre. Y ustedes han de disculpar.
© Pablo Chávez Hernández y Daniel Murillo Licea, todos los derechos reservados.