domingo, 26 de agosto de 2012
Los rabinos en Brujas
sábado, 18 de agosto de 2012
La pequeña puerta
Minúscula entrada en
plena ciudad. Entre dos tiendas. Con un arco y una figura que lo remata. El
letrero, más arriba: “Au bon vieux temps”. Me imagino la pequeña casa que
apenas debe ser tal, porque las dimensiones de la puerta son escasísimas. No
será ancha la estancia, sino larga. Pero la casa detrás de la puerta no debe
medir más que un brazo extendido. Me dirijo hacia allá y entro. Un pasillo
largo, un callejón, me espera, con paredes de ladrillo rojo, burdamente
terminadas, no hay grafitis y hay poca basura. Pero se trata de la entrada a un
callejón. De noche tal vez podría parecer siniestro. Me asomo, tratando de
dilucidar si estoy entrando a terreno prohibido o peligroso. Ventanas tapiadas
y con rejas, a la izquierda. A la derecha, la barda de ladrillo. Y al fondo
otro letrero: “Conserdork”, que no puedo descifrar, y una luz intensa al fondo,
donde debería haber obscuridad. Con la curiosidad alebrestada, me encamino
hacia la luz, por ese callejón incoherente en la zona comercial de la ciudad.
Llego a la zona de la luz y me asombro, pero a la vez me decepciono: se trata
de un centro comercial de grandes dimensiones, escaparates, luces… La entrada,
tal vez, funcionaba a ciertas horas, para que quien penetrara pudiera llegar a
los viejos tiempos de la ciudad y conocer otras épocas. Tal vez no había
entrado a la hora correcta.
sábado, 4 de agosto de 2012
Tin Tin
Se aparece en la calle, a plena luz del día y de
noche, en el edificio iluminado que lleva su nombre. No se puede obviar una
visita a Bruselas sin darse un encontronazo con este personaje. Ahí está otra
vez y yo, como Alicia con el conejo, salgo disparado tras él.
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